miércoles, 8 de junio de 2011

Indignante

Cuando yo empecé a tener uso de razón y me hice seguidor, mejor dicho, forofo, o mejor aún fanático del Atleti, allá por la temporada 70-71, las cosas eran como os voy a describir.
El Atlético de Madrid era uno de los tres equipos históricos en lo que a palmarés se refiere (junto con el Real Madrid y el Atlético de Bilbao). Era el segundo equipo de España (a la sombra del todopoderoso Real Madrid, eso no ha cambiado) y uno de los grandes de Europa, respetado, admirado y con seguidores en cualquier país del globo. Los partidos contra el Madrid eran reñidos (éramos el equipo que más veces le ganaba) y los títulos nos los jugábamos contra ellos (La liga, la copa del rey, etcétera) con, a veces, algún comparsa como el Barcelona, el Valencia o el Bilbao.
A este Atleti al que yo me refiero, quería venir cualquier jugador de primer nivel, tanto español como extranjero. Era un orgullo pertenecer al Atlético y la culminación a una carrera brillante de futbolistas. Ese Atleti tenía jugadores como Gárate, Calleja, Adelardo, Luis, Collar y a él llegaban estrellas como Ayala, Heredia, Pereira, Leivinha, etcétera. Ser entrenador de este equipo era un premio codiciado por cualquier grande y su presidente, Vicente Calderón, era un señor dentro y fuera del campo.

Con estos antecedentes, y siendo éste mi equipo, comprenderéis que me indigne ante la mierda de institución en la que lo ha convertido la 'Gilmafia' y el trapicheo constante de jugadores mediocres que llena sus bolsillos.
Cada día vemos con asombro que históricos de este club como Kiko o Toni dicen no a la dirección deportiva, y no me extraña.
Al día siguiente leemos asombrados que los entrenadores no quieren venir al Atlético. No podemos cerrar a Caparrós, a Luis, a Benítez, ni siquiera a Luis Enrique. Nadie quiere venir a entrenar al Atlético porque saben que no les van a dejar trabajar a gusto. 
Otro día nos despachamos con la marcha de nuestras estrellas (Torres, Simao, De Gea, Agüero). Todos los que destacan quieren jugar en un club grande. Con mi pasado, me sigue costando asumir que ya no lo somos, pero es así. Hasta jugadores de segundo nivel, como Godín, dicen que quién no querría subir un escalón en su carrera e irse a jugar al Chelsea, donde también está Torres. Consideran al Chelsea un club grande comparado con el Atlético, y yo de pequeño ni había oído hablas del Chelsea. Sabía del Manchester United, del Liverpool, incluso del Celtic de Glasgow, del Bayern y de otros ocho o diez equipos a la altura del nuestro, pero el Chelsea, el Shalke 04 o el Sevilla, que ahora nos compran jugadores estrella, eran equipos de medio pelo en comparación con mi glorioso Atlético. No voy a hablar del Villareal, del Manchester City o del Besiktas, que eran equipos de barrio de los que nadie había oído hablar.
Por último, los refuerzos de cada año de nuestro Atlético de Madrid consisten en una de las siguientes opciones:
- Jugadores mediocres que en su día descartamos por nulos, como Gabi, De las Cuevas, Cedric, etcétera.
- Jugadores muy jóvenes que vienen al Atlético como el 'Messi turco', el 'Ronaldo marroquí' o el 'Xabi mozambiqueño' que casi siempre resultan ser un fiasco.
- Mediocridades argentinas y brasileñas que nos cuestan una pasta y que nunca dan la talla.
- Jugadores casi acabados que vienen a sestear al Atlético al final de su carrera.
Todos ellos tienen algo en común, la pasta que dejan en los bolsillos de los agentes de dentro y fuera del club en forma de comisiones. De esta forma, han convertido el Atleti en un negocio de compra-venta de jugadores.

Es obvio que, con esta situación y sin proyecto deportivo que convenza a nadie de por medio, nadie de renombre quiere venir al Atleti, un equipo del medio de la tabla en el que van a ser maltratados, van a jugar fuera de su posición natural, no van a ser vistos en la Champions ni por asomo, tienen posibilidades muy escasas de ser llamados a su selección, etcétera.

Esto es lo que me ha motivado para no renovar el abono del Atleti este año. Ya no puedo más. Me he cansado de ver en lo que han convertido mi glorioso equipo de antaño. Y lo van a seguir haciendo, pero desde luego, ya no con mi dinero. No voy a ser cómplice de esta farsa y de esta estafa ni un minuto más.

Saludos.