lunes, 27 de mayo de 2013

Atlético 0 - Mallorca 0

Fiesta en la grada, bodrio en el campo. Como se preveía, tras la celebración de la copa, la presentación del trofeo a la afición y la resaca de la alegría de la copa, el partido en sí era lo menos importante para el Atlético. Sin nada en juego más que el orgullo de despedir una temporada ante una afición entregada, el equipo salió al campo con una caraja de las históricas. Del rival, el Mallorca, al borde del precipicio del descenso, sí se esperaba más pero en ningún momento dio la sensación de estarse jugando el descenso. Se contagió del juego apático del Atlético desperdiciando una oportunidad de oro para llevarse los tres puntos del Calderón y seguramente sentenciando un descenso difícil de salvar con un único punto. 

Del partido, poco más voy a comentar. Courtois cumplió con un par de paradas de mérito a los dos remates a portería del Mallorca mientras que Auate no tuvo ni siquiera que realizar ese par de paradas de mérito, ya que las pocas oportunidades que generó el Atleti no terminaron entre los tres palos y, cuando acertó con la portería (en dos ocasiones), los goles fueron anulados por el árbitro. La verdad es que reconozco que no sé con certeza si en ambos casos acertó porque las jugadas me pillaron en la otra parte del campo, pero lo cierto es que ayer el resultado era lo de menos.

Por lo demás, la afición se lo pasó a lo grande. Primero se presentaron a la afición las nueve copas de España anteriores para seguir con el pasillo al campeón y por ofrecer a la afición los dos títulos conseguidos esta temporada, la Supercopa de Europa y la Copa del Rey. Las ovaciones y los gritos de Campeones, Campeones estaban claros y se sucedieron hasta que comenzó el partido.

En el comienzo del partido, la afición coreó a los jugadores uno por uno con sus cánticos particulares, empezando por el Once inicial que el Cholo puso en el campo (el mismo de la final en un homenaje merecido a esos once titanes). Los nombres de Courtois, Juanfran, Miranda, Godín, Filipe Luis, Gabi, Mario Suárez, Koke, Arda Turán, Diego Costa y Falcao fueron coreados sucesivamente por todo el campo para terminar con el Ole ole ole Cholo Simeone y acordándose de algunos de los suplentes. Adrián, Manquillo, Raúl García, Oliver Torres y, sobre todo el Cebolla Rodríguez fueron aclamados con el balón en juego.

Por otra parte, se produjo todo un alarde de despliegue de pancartas del fondo sur. Desde el tifo inicial de NOSOTROS LA CAPITAL, parte del tifo mostrado en el Bernabéu en el que, junto a la cara de Neptuno aparecía la frase “El domina el mar, nosotros la capital” en clara reivindicación del apoyo que la afición Atlética muestra a su equipo tiñendo de rojo y blanco las calles de Madrid y el estadio Bernabéu cuando llega una ocasión como una final de copa.

También se mostró una simpática pancarta “Estadio Santiago Bernabéu: 53 años con barra libre de copas” con un error matemático en su contenido pero en clara alusión a los títulos conseguidos en el Bernabéu desde 1950 (hace 63 años) en que el Atleti consiguió su primera copa de España (entonces del Generalísimo). Desde entonces, el Atlético ha ganado al Madrid 4 copas en el Bernabéu (1960, 1961, 1992 y 2013). En el mismo estadio el Atlético ha conseguido otras 5 copas (1965 ante el Zaragoza, 1972 ante el Valencia, 1976 ante el Zaragoza, 1985 ante el Athletic y 1991 ante el Mallorca). Por tanto, es el Bernabéu el estadio en el que el Atlético ha celebrado más títulos en su historia, lo cual no deja de tener su gracia. 
La única copa del Rey que el Atlético ha ganado fuera del Bernabéu es la de 1996 ante el Barcelona en La Romareda (Zaragoza), y las únicas veces que ha perdido la final jugando en el Bernabéu han sido en 1956 ante el Athletic y en 1964 ante el Zaragoza.
Los otros subcampeonatos se perdieron en San Mamés en 1921 ante el Athletic, en 1926 ante el Barcelona en Mestalla, en 1975 ante el Real Madrid en el Calderón, en 1987 ante la Real Sociedad en La Romareda, en 1999 ante el Valencia en La Cartuja, en 2000 ante el Español en Mestalla y en 2010 ante el Sevilla en el Nou Camp.

Unas estadísticas, de esas que nos gustan tanto a los economistas, jajaja.
De las 19 finales jugadas por el Atlético, ha ganado 10 (el 52,63%). 
El 90% de las copas (9 de las 10) las ha ganado en el Bernabéu. 
Por estadios, el ránking de victorias es el siguiente:

  • Bernabéu:  82% - 9 de 11
  • La Romareda: 50%  -  1 de 2
  • San Mamés, Calderón, La Cartuja, Nou Camp:  0%  - 0 de 1
  • Campo maldito: Mestalla:  0 %  - 0 de 2.

Bueno, todo este rollo lo he comenzado por explicar una pancarta, jajajaja.
Vuelvo a las pancartas exhibidas en el fondo, donde se pudieron ver varias pancartas incomprensibles para todos (en alemán y cosas así) supongo que en alusión a la eliminación del Madrid por el Dortmund, algunas de dudoso gusto como la que rezaba “1992-2013. Y volvemos al club social a follarnos a nuestras putas en la final”. No comment. Creo que se puede decir lo mismo con más gracia y mejor gusto, pero no siempre quienes redactan los textos de las pancartas son académicos de la lengua…

Sí tengo que aplaudir y así lo hago, la pancarta contra Cata Díaz debido al triste incidente que este desagradecido jugador protagonizó esta semana enfrentándose a aficionados a la salida del aparcamiento. La pancarta rezaba “La afición por encima de todo, fuera Cata Díaz” y fue acompañada de gritos de “Cata, cabrón, fuera del Calderón”. Sinceramente, espero que así sea porque considero que los incidentes protagonizados por el argentino merecen la salida inmediata del Atlético como medida disciplinaria.

En lo meramente deportivo, la cara amarga de la tarde la puso Filipe Luis y su aparatosa lesión que terminó con el bravo lateral en el hospital tras sufrir en los últimos minutos del partido una conmoción importante en un choque. Por su parte, lo más positivo y lo que más destacaría al margen de la fiesta fueron los minutos con los que un auténtico figura, Oliver Torres, nos deleitó a todos los aficionados. Este chaval tiene una clase impresionante, se posiciona en el campo como el mejor, presiona la salida del balón del contrario, juega al primer toque y sabe seleccionar el pase de forma asombrosa. Toda una promesa de la que, a partir de la próxima temporada, empezaremos a disfrutar más a menudo hasta (eso espero) verle jugar convertido en un crack de primer nivel.

Por lo demás, el partido dio la sensación de ser la despedida de Falcao con el que, sin duda, el tétrico dúo comisión hará caja al finalizar la temporada. Creo que quien menos interés tiene en que Falcao se vaya es el propio Falcao. La prensa y la directiva están como locos con la idea de desmantelar el equipo los primeros y de trincar su suculenta ración de comisiones los segundos. El desenlace, que ya es un secreto a voces, en pocos días se hará oficial.

No voy tampoco a valorar a los jugadores porque cada minuto que pasa estoy más convencido de que lo visto el domingo en el Calderón no fue un partido de fútbol sino una fiesta. Sólo destacaré la gran actuación, un partido más, de Courtois y la ya comentada de Oliver. 

miércoles, 22 de mayo de 2013

¿Refuerzos o desmantelamiento?


Aún no ha terminado la temporada y ya todos los medios están desmantelando al equipo, lo cual es muy habitual cada vez que ganamos un título. La prensa, a sueldo de sus amos, no pueden ver al Atleti ganando títulos mientras que sus idolatrados y todopoderosos sponsor firman un nuevo año en blanco.

La primera maniobra de todo medio a sueldo de los merengues que se precie es hablar más del relevo de Mouriño, de la renovación vikinga y de las elecciones en la tribuna del Bernabéu antes que de la gloria del campeón. Obvio y repetido. Su vocación de periodistas a sueldo les impide hablar de algo que no sea su propio ombligo.

La segunda maniobra es desprestigiar la victoria por todos los medios menospreciando al rival, atribuyendo a la suerte todos los méritos del triunfo, llorando sus desgracias y la injusticia del fútbol, que permite hacer realidad la impensable idea de que el Madrid no gane una final. Obvio y repetido también. Nunca reconocen la superioridad de un rival.

La tercera maniobra, también obligada, es empezar los rumores de desmantelamiento del equipo que les ha derrotado. La derrota no se puede repetir y quienes les ganan una final deben ser desmembrados porque nadie merece tener jugadores de talla excepto ellos. Lo peor del caso, es que en esto aciertan porque nuestros dirigentes, el ínclito dúo comisión, ya ha demostrado que los títulos son para ellos el escaparate perfecto para la venta de jugadores y que basta con que huelan dinero para que se les haga la boca agua y se les agrande un poco el cerdito de las comisiones ilegales que cada año llenan con más entusiasmo.

No solo estoy seguro de que saldrá Falcao. Estoy seguro de que harán caja con más jugadores en el final de temporada. Un título sube la cotización de los jugadores que lo han logrado y eso para una agencia de compraventa, que es en lo que han convertido nuestro amado Atleti estos dos impresentables, es una tentación demasiado grande. 
Con la segunda Europa League se les pusieron los dientes largos, pero era demasiado pronto para vender a Falcao, recién llegado al equipo. Ahora ya no podrán resistir la tentación. Lo peor del caso es que el dinero que se consiga del traspaso del colombiano irá directamente y casi en su totalidad a las arcas de Hacienda ya que la mala gestión de esta pareja de delincuentes ha llevado al Atlético a contraer una sustanciosa deuda con la Agencia Tributaria, cosa que, dicho sea de paso, al común de los mortales no se nos consiente para diferenciarnos de los mangantes que dirigen las Sociedades Anónimas Deportivas, que parecen tener carta blanca para negociar el rembolso de las deudas en cómodos plazos.

Se lleva hablando de Falcao y sus posibles sustitutos todo el año. Villa, Hulk, Negredo, Luis Suárez y una interminable lista de futuribles que ayudan a vender periódicos. De todos es sabido que la realidad dista mucho de lo que sale en prensa y que habrá que esperar al final de temporada de verdad para conocer las verdades y las mentiras.

Los rumores de salida no se quedan ahí. Courtois, como todos sabemos propiedad del Chelsea, podría volver a la disciplina de los londinenses de la mano de Mouriño si este le promete la titularidad al Belga en detrimento de Checq (o como se escriba). Puede que siga un año más cedido en el Atleti, puede que no, e incluso podría entrar en alguna operación de intercambio de jugadores. Ojalá así sea porque, y esto es sólo una opinión personal, el belga se ha convertido en la pieza más importante del Atleti en esta temporada y tiene difícil recambio. De hecho, su salida me preocupa incluso más que la de Falcao. 

También hay rumores de salida de Godín, Arda, Diego Costa y hasta del propio Simeone. Mi consejo a los atléticos es que no os preocupéis por estos rumores. Quien tenga que salir, saldrá, pero no será la prensa quien lo decida sino el inefable dúo comisión con la ayuda de Méndez, el socio de trapicheos de Gil Marín. De todo, lo que más me choca y lo que menos me he creído en todo momento es la salida de Cholo. Eso sí que suena a maniobra de la prensa a sueldo para sembrar incertidumbre. En fin, una más.

Lo cierto es que con la vuelta de algunos cedidos como Silvio, Pizzi, Pedro o Joel, con el fichaje ya confirmado de Leo Baptistao y con la subida de algunos canteranos al primer equipo, que se lo han ganado a pulso, como Oliver Torres, Saúl Ñiguez o Kader, hay bastantes jugadores capacitados para algunos puestos e incluso excedente en el medio centro o en los laterales, por lo que algunos tendrán que salir cedidos o traspasados. Sin embargo, sigue habiendo déficit de jugadores en la media punta o en la defensa. 

La deseada llegada de Diego se tendrá que producir o, en su defecto, habrá que darle a Cholo a un buen jugón. Esta temporada se le ha echado de menos, pero la Champions exige al equipo tener gente capaz de jugar el balón al menos como lo hace el brasileño. Es un deseo expreso de Cholo incorporarle al equipo, el jugador quiere venir y la afición le espera con los brazos abiertos. El dúo tendrá que ceder en este tema o buscar una alternativa de garantías, que seguramente será más cara.

En paralelo con esto, tenemos el asunto de los centrales. Cata y Cisma no dan la talla para este equipo y Pulido no cuenta con la confianza de Cholo, con lo que  la nómina de centrales se reduce a Godín y Miranda. Hace falta un refuerzo, si no dos.

En la delantera, podemos asistir a una renovación total. Falcao saldrá del equipo, estoy convencido de ello. Diego Costa tiene posibilidades de salir. Está bastante cotizado y personalmente pienso que, pese a su gran temporada, su carácter y su poca cabeza no encajan en la filosofía de este equipo. Adrián ha firmado una mala temporada que contrasta con la brillantez de la anterior. Creo que no saldrá pero no me cabe duda que, de llegar una buena oferta por él, puede salir para engrosar las arcas de la directiva. Sus recambios pueden ser, junto con Baptistao, cualquiera. No me fío nada, por si no había quedado ya claro, de los rumores que se cuecen en los medios. Cualquiera que sea seguro que ya habrá salido publicado porque se ha especulado con la práctica totalidad de delanteros de Europa y parte de Latinoamérica, pero no me atrevo a hacer apuestas.
¿Mis preferencias? Claramente Villa y que siga Falcao, pero no creo ni en lo uno ni en lo otro así que no hago apuesta alguna.

Pero lo que ya he comentado previamente y que de verdad me preocupa es la salida de Courtois. Creo que no hay en el mercado recambio posible para el belga, pero aquí sí que habría que hacer un esfuerzo por traer a un gran portero. Me encantaría, si es que sale Courtois, ver en la portería del Atlético a Casillas (si sigue su distanciamiento con la casa blanca) o a Guaita. Desde luego, tendría que ser alguien capaz de transmitir a la defensa del equipo la misma tranquilidad que le transmite Courtois, y eso no es fácil de encontrar.

Creo sinceramente que la base del equipo está construida y que es válida para, con un mínimo esfuerzo en refuerzos, afrontar con garantías la próxima temporada optando a la liga, la copa y a llegar muy lejos en Champions. La pega es que veo venir un desmantelamiento del equipo para conseguir fondos destinados a pagar a Hacienda las deudas y a engordar los cerditos de la pareja Gil-Cerezo que tan malos tragos nos hace pasar a la parroquia rojiblanca.

lunes, 20 de mayo de 2013

Sí, sí, sí, sí y cinco veces sí


“Las finales no se eligen, se juegan y se ganan”. Esta es la frase que el Cholo ha repetido hasta la saciedad a los jugadores y a los medios, y lo ha hecho con tanta convicción que todos: jugadores, cuerpo técnico y afición, se lo han creído. Bueno, todos menos la prensa a sueldo, pero de eso no me apetece habar hoy.

“Jugadores, jugadores, esta tarde hay que ganar y enseñar a los vikingos quién manda en la Capital”. Este es el grito de guerra que la afición, voz en cuello y con un superioridad aplastante en número y sobre todo en ánimo, esgrimió en el Bernabéu como lema de la final de copa.

La historia de la final de copa es la de David y Goliat, la de los 300 conjurados contra unas fuerzas infinitamente superiores, la de los “Angry birds” luchando con todos sus recursos contra los cerdos que tienen secuestrados a sus huevos (valga la comparación). Todo un equipo, toda una afición, todo un sentimiento conjurado contra la superioridad económica del eterno rival, contra los medios a sueldo de los merengues, contra la arrogancia y la soberbia de los que se creían ganadores antes de jugar.

Voy a analizar en primer lugar los factores que son necesarios para que el Atlético le gane una final al multimillonario vecino de la capital:

  • En primer lugar, es necesario que el Atlético lo ponga todo en el campo, que crea en sus posibilidades y luche dejándose la piel en el campo, con todo lo que tiene y un poco más. Esto lo cumplió el equipo desde el pitido inicial hasta el minuto 35 de la prórroga. El trabajo de me la que los jugadores saltaron al campo, una cara y una mirada que los seguidores ya vimos en Bucarest y en Mónaco.
  • En segundo lugar, hacía falta que el equipo llegara en las mejores condiciones físicas posibles. Aquí Cholo también hizo su parte exigiendo al preparador físico que los jugadores tenían que llegar en el momento óptimo de preparación a la final de copa el mismo día que el Atlético eliminó al Sevilla en semifinales. El trabajo bien hecho en este aspecto quedó claramente reflejado en la prórroga, donde el equipo no necesitó un solo cambio para seguir dando el máximo e ir de menos a más en el aspecto físico.
  • En tercer lugar, para ganar al Madrid en el Bernabéu hace falta que el equipo se quite el miedo escénico de jugar en casa del rival. ¿Que cómo se consigue esto? Pregúntenle a nuestra afición. Los jugadores del Atlético saben que siempre juegan las finales en casa. Da igual los kilómetros que separen el estadio del Calderón, la afición siempre da el máximo, y en una final de copa ante el Madrid no iba a ser menos. Hubo superioridad numérica en el Bernabéu porque, no se sabe muy bien cómo, los Atléticos se hicieron también con gran parte de las entradas teóricamente neutrales. Pero además hubo una clara superioridad en cánticos, en ánimo, en alegría, en voluntad y en esfuerzo de los aficionados colchoneros… Como siempre. En el campo sólo se oía a una afición, y da lo mismo que el equipo vaya perdiendo, que vaya ganando, que el partido no haya empezado o que esté a punto de empezar la prórroga. Los rojiblancos nos desgañitamos como nadie. Eso está demostrado.
  • En cuarto lugar hace falta un buen partido de los jugadores, que todo el mundo haga su papel sin reservas, sin resquicios y sin errores. Hay que maniatar a las estrellas merengues, marcarlas y asfixiarlas en el campo para que no puedan desarrollar su juego. Si en alguna ocasión se zafan de esa presión, el portero tiene que hacer su papel y, si se sobrepasa al portero, entonces se necesita esa inexplicable suerte de los campeones en forma de poste que tantas veces ha jugado en contra del Atlético y que de vez en cuando se revela también rojiblanca. La suerte hay que buscarla y saber tenerla, hay que luchar para que se ponga a favor y no en contra, tanto en la vida como en el deporte. Por último, hay que saber aprovechar las oportunidades que se tengan para golpear al rival porque, es obvio, a esto se gana marcando goles.

Podríamos añadir varios puntos más como que el árbitro no influya en exceso en favor del contrario, que ningún jugador decida pegarse un tiro en el pie en algún momento del partido, que no haya lesiones, etcétera, pero creo que los cuatro importantes ya han quedado descritos.

Vamos con el partido propiamente dicho. Empezó la final como casi todas las finales, con un medir fuerzas en el centro del campo para no encajar un gol temprano. Y terminó el primer cuarto de hora como todos los primeros cuartos de hora de los últimos derbis. Con un gol del Madrid. De córner, donde el Atlético no los suele recibir y con un remate de Cristiano Ronaldo que se apoya en Godín impidiéndole saltar a defender el balón. ¿Falta? Pues mire usted, tras ver varias veces la jugada sigo sin atreverme a decir si sí o si no. Empujarle, le empuja. Si nos ponemos puristas, falta puede ser. Si somos realistas, de estas se pitan pocas, y menos aún en contra del Madrid…

Al igual que siempre, con el gol encajado suena más fuerte aún el himno del Atleti una y otra vez en la grada. Pero a diferencia de los últimos derbis, el Atlético no tira la toalla. La lección está bien explicada y la lección aprendida. Si nos marcan, no pasa nada. Hay que seguir y marcar nosotros también. El Atleti poco a poco va haciéndose con el centro del campo, especialmente en la segunda mitad, donde Gabi y Mario se comen a los blancos. Hasta que llega una jugada en la que Falcao le rompe la cintura a Albiol y le pone un pase perfecto a Diego Costa que éste aprovecha cruzando el balón ante el portero del Madrid. Dejo para la reflexión de quien corresponda que habría pasado si Falcao se encuentra en la jugada con Pepe en lugar del Albiol. Quizás el portugués, con más oficio, habría hecho una falta en el centro del campo sin mayores consecuencias. Igualmente dejo para la reflexión que habría pasado si Diego Costa hubiera encarado a Casillas y no a Diego López. El gran capitán del Madrid y de la selección es especialista en este tipo de jugadas y posiblemente el gol del Atlético no habría subido al marcador. En fin, eso no resta mérito en absoluto a los dos delanteros rojiblancos que hicieron exactamente lo que había que hacer para conseguir el empate.

Ya he comentado lo de la suerte de los campeones desde ese momento hasta el final del partido. Los postes y la pierna de Juanfran dieron al traste con las oportunidades del Madrid y llegó la prórroga. Si en algún momento creímos los Atléticos en la victoria, ese fue el momento. Las oportunidades desperdiciadas por los delanteros madrilistas y la actitud de los rojiblancos en el campo hacían creer en la victoria y en el “sí se puede” colchonero. Todos los ingredientes para la venganza estaban servidos. Los jugadores y la afición supermotivados y conjurados contra los blancos. El derroche físico, impresionante, inexplicable, sobrehumano. El Madrid, algo mucho más lógico que lo que pasaba en nuestro bando, acusando el cansancio de los 90 minutos previos, echaba mano de los recambios y daba entrada a tres jugadores de golpe mientras Cholo decía a los suyos que no era necesario que entrara nadie de refresco, que los once estaban perfectamente para terminar el partido. 

La fe, la constancia, el creer en tus propias armas, hizo que Miranda se alzara por encima de todos en un córner y rematara impecablemente un gran centro al fondo de la red. Se desató la locura rojiblanca. Los vikingos se seguían frotando los ojos incrédulos mientras los indios llorábamos de alegría con lo que estábamos viendo. Solo faltaba que una persona se uniera a la fiesta rojiblanca, Courtois. Y en la segunda parte de la prórroga fue cuando el belga se sumó a la fiesta, y de qué manera. 

En el aspecto disciplinario y de violencia, dos versiones también. Una, un Diego Costa contenido en el campo y abroncado severamente por Cholo cuando hizo una entrada que le costó la tarjeta amarilla. En el otro bando, la violencia impotente del niño mimado, Cristiano Ronaldo, que mereció ser expulsado dos veces. La primera, patada en la rodilla sobre la pierna de apoyo de Juanfran, no la vio o no la quiso ver el árbitro. La segunda, patada a la cara desde el suelo a Gabi, fue tan evidente que le costó la roja. Pero no era el único descentrado entre los bancos. Minutos antes Mouriño fue expulsado también porque, mientras Cholo vivía con intensidad pero dentro del reglamento el partido, el portugués, tan acostumbrado a las protestas y los insultos a los colegiados, hacía de las suyas.

Vamos con la valoración de los jugadores:

  • Courtois (5): Inmenso, inconmensurable, imbatible.
  • Juanfran (5): Quizás a muchos les pasó desapercibido pero el marcaje de Juanfran a Ronaldo mereció una cámara para ellos solos durante todo el partido. Le marcó al límite, molestando sin hacer falta, ofreciendo siempre la banda para evitar las diagonales y metiendo la pierna en el momento justo. Le desquició por completo. Para rematar la faena, sacó un gol cantado en la misma línea de gol.
  • Godín (4): Grande en defensa, un baluarte que solo fue superado en el gol del Madrid en la posible falta de Cristiano. 
  • Miranda (5): Impresionante e infalible. Abortó casi todas las llegadas blancas y puso la guinda a su gran partido con el gol de la victoria.
  • Filipe Luis (5): Magnífico en defensa y subiendo al ataque sin complejos hasta el punto de rematar a puerta en un par de ocasiones. El Atlético fue muy superior en las bandas al Madrid gracias a él y a Juanfran. Ambos hicieron un despliegue físico increíble.
  • Mario (5): Gran partido de Mario, de menos a más. Y no es la primera vez. Mario ya nos tiene acostumbrado a esto en las finales.
  • Gabi (5): Sin duda, el mejor partido de toda su carrera deportiva. Presionó, recuperó balones, repartió juego y se hizo con el centro del campo desde el primer minuto hasta el último.
  • Koke (5): Muy buen partido de Koke, que realizó jugadas brillantes y grandes pases al área. Fue uno de los que pasaron más desapercibidos porque se sacrificó en beneficio del equipo.
  • Arda (4): Sin ser su mejor partido, hizo su labor. En defensa estuvo muy bien iniciando la presión junto a Koke en la salida del balón del Madrid y en ataque, si no brillante, estuvo correcto.
  • Diego Costa (5): Batalló como siempre y marcó un gran gol. Es cierto que falló alguna ocasión clara pero no se puede pedir más.
  • Falcao (4): Trabajó incansable en el centro del campo e hizo una jugada memorable en el primer gol. En contra, simplemente que de los cracks siempre se espera el gol en los partidos importantes y en la final no llegó su gol.

En fin, se acabó la racha de derbis sin ganar durante catorce años en el mejor momento posible y se mantuvo la racha de cuatro finales consecutivas ganadas al Madrid en el Bernabéu con esta quinta victoria ante los eternos rivales y décima en el palmarés del Atlético. El escenario no podía ser mejor ni el momento más oportuno. Una victoria trabajada, de gran mérito y muy esperada por los seguidores colchoneros. Una final que no podremos olvidar nunca por lo que supone para todos los atléticos.

  • MVP: El grupo que Cholo ha conseguido construir y que funcionó como una máquina bien engrasada. No sería justo destacar sólo a un jugador en un día como este.
  • La consagración: Courtois. Con su actuación demostró que va para número uno del mundo de aquí a unos años.
  • La garra: TODOS. Los jugadores, el banquillo y la afición. Todos a una.
  • Tirón de orejas: La prensa. Como no. Nadie creyó en la victoria rojiblanca, interrumpieron la celebración del equipo para dar una rueda de prensa del triste e impresentable Mouriño y despreciaron una vez más el esfuerzo del equipo, el mérito de la victoria y el sentimiento de la afición. Ahora todo será de nuevo el futuro de Mouriño y del Madrid, el desmantelamiento de nuestro equipo y nadie hablará de la heroica victoria. Si hubiera ganado el Madrid, sería un título importantísimo para los merengues. Como ha ganado el Atlético, es un título menor para los colchoneros. Lo de siempre.

Resumiendo: Por fin llegó la décima al Bernabéu, pero fue la décima copa del Rey del Atlético.