lunes, 19 de septiembre de 2011

El mal endémico del Madrid



Si algo caracteriza al Real Madrid de estos tiempos que corren es la ‘Barcelonitis’ galopante que está siempre presente en el campo y en las declaraciones. La antigua ‘Madriditis’ del Barça ha resultado voltearse de la peor forma que podía haberlo hecho. Y digo ‘de la peor forma’ porque ante el éxito innegable del proyecto Blaugrana se ha yuxtapuesto un despliegue de todo lo contrario en el Madrid.


Ante el trabajo bien hecho, la motivación constante a sus jugadores y la humildad de saber que no hay rival fácil que ha esgrimido Guardiola durante estos años, el Madrid ha mostrado la mala educación, los caprichos de niño mimado y la prepotencia de pensar que todos los rivales son inferiores a su equipo que demuestra Mouriño cada jornada y cada partido.




Sus primeras espadas no pueden ser más opuestas tampoco. Messi es un ejemplo de jugador modesto, que no hace declaraciones, que intenta ser transparente fuera del campo y que sólo esgrime su superioridad con hechos y con calidad dentro del terreno de juego. Cristiano Ronaldo es un chulo prepotente que cree que todo el mundo le tiene envidia y que le pitan porque es ‘guapo, rico y buen jugador’, un jugador que necesita sentirse estrella en todo momento y que tiene un egocentrismo sin parangón. ¿Por qué Messi cuando hace un hat trick fuera de casa sale aplaudido del campo mientras que Cristiano sale entre silbidos? No es envidia, chaval. Es simplemente la reacción lógica ante un jugador que ha convencido con sus argumentos en el campo y la reacción también lógica ante otro jugador que desprecia al rival.

La comparación en la forma de hacer la plantilla y los principios que rigen ambos clubes tampoco puede ser más opuesta. El Barcelona cuida a su cantera, los jugadores ‘maman’ desde pequeñitos en ‘La Masía’ la forma de juego del equipo, aprenden de memoria las tácticas, las mismas que aplica la primera plantilla, y por cada jugador que se ficha, como en el caso del chileno Alexis Sánchez, hay un par de chavales del filial que suben a la primera plantilla, como Fontás y Thiago Alcántara. Y eso cuando no se trata del retorno de un hijo pródigo como Cesc.
El Madrid contrapone a esto una política del talonario de su todopoderoso y endiosado  presidente mediante la cual ficha todo lo que se mueve en Europa y América, cueste lo que cueste, sin tener muy claro de qué va a jugar, si es producto extranjero mejor que nacional (porque a los nacionales como Pedro León o Canales, les condena al ostracismo del banquillo), y sin un esquema de juego claro. Luego los madridistas se preguntan por qué en la selección no hay más jugadores del Madrid y todos son del Barça, pues muy sencillo, porque en el Madrid no juegan más jugadores españoles. Todos son extranjeros. Incluso algunos suplentes, como Albiol, van a la selección.

También podemos comparar el pundonor y el coraje de Pujol con la violencia rayando en pena de cárcel que exhibe Pepe, o la humildad y calidad de Iniesta o de Xavi con las ‘idas de tarro’ de Kedira o de Di María. Hasta Casillas, que siempre me ha caído fenomenal, últimamente se está contagiando de esa permanente mala leche y de la prepotencia de Mouriño. Iker, no te dejes llevar por esos derroteros. No es bueno ni para tu imagen ni para la de tu club.

Y es precisamente toda esta combinación de factores, unida a la inigualable quinta que ha urgido de la cantera del Barça, la que marca la diferencia actual entre los dos clubes.  Y es ésta diferencia tan abismal la que hace que el Barcelona gane adeptos con su calidad y con su juego, mientras que el Madrid obtiene críticas y voces discordantes incluso entre sus más fieles seguidores.

A mí, que como sabéis todos soy del Atleti, no me caen especialmente bien, en principio, ninguno de los dos equipos. El catalanismo provinciano de Camp Barça me pone de los nervios. La prepotencia del Madrid de creerse siempre los mejores (aunque claramente no lo sean a ojos de nadie excepto de ellos mismos), me crispa. Pero como también me gusta el fútbol, en lo estrictamente deportivo, me encanta el modelo del Barcelona y me encantaría que el Atleti lo copiara de los pies a la cabeza, disfruto viendo jugar al Barça (de hecho, no me pierdo un solo partido suyo si tengo ocasión de verlo). Me he hecho admirador, que no fan, del Barcelona. Me encantan los Messi, Iniesta, Xabi, Busquets, Thiago, Piqué, …
Por el contrario, no suelo ver los partidos del Madrid, ni siquiera por el morbo de ver si pierden. Me ponen de los nervios las declaraciones de Mouriño, de Cristiano o de cualquiera que sale a decir chorradas o a llorar respecto al arbitraje y a compararse con el Barcelona. Creo, al menos así lo veo cada jornada, que es un equipo violento, que a los Marcelo, Pepe, Khedira, Sergio Ramos, … se les consiente lo que para otros jugadores supone una roja directa. De hecho creo que Pepe no debería jugar al fútbol nunca más porque es un mal ejemplo para los niños que se están iniciando en este deporte. En fin, que sólo veo justificaciones, excusas, argucias y trampas para intentar equipararse al Barça y, creedme, visto por alguien que no es seguidor ni de uno ni de otro, no hay color. No puede haberlo. Lo del Madrid actual es un mal endémico. El juego de cada partido lo demuestra y los títulos conseguidos por ambos en los últimos años, lo hacen incontestable.

Javier de Elena.
19 de septiembre de 2011.

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